h) Viñales - Investigación actualizada

En la primera parte del Diario, al escribir sobre la familia Viñales, casi no había nada para decir, todo era un misterio y lo poco que se sabía, terminamos descubriendo que distaba mucho de la realidad, lo más lógico sería borrar esa única página escrita y empezar de nuevo, pero hemos decidido conservar por escrito ese pedacito de historia, o fantasía, que escuchamos desde siempre y que escucharon mi padre y sus hermanas toda su vida.
De acuerdo a la investigación realizada por Adriana en los Tribunales de La Plata, se pudieron hilvanar algunos retazos de esa historia hasta hoy desconocida y el siguiente relato está basado en esos documentos, en los libros de la iglesias de Lobos donde están registrados algunos de los nacimientos y casamientos, en fragmentos de libros de historia y en la literatura de esa época...
En la época colonial existían los "Alcaldes de hermandad'", nombrados por el Cabildo de Buenos Aires, que tenían como misión "entender en los delitos cometidos en el campo". En 1756, entra en funciones el Cabildo de la Villa de Luján, "con la misión explicita de crear un orden favorable a la expansión de las actividades productivas, sobre todo la ganadería, y de limitar el margen de acción de los potenciales competidores de los productos leales en la posesión de tierras, hombres y ganados, se pone especial énfasis en la necesidad de multiplicar los medios de control social, de generar nuevos mecanismos de defensa contra las incursiones indígenas y de instrumentar una legislación represiva contra los vagos y malentretenidos que pululaban en la campaña". Pero esta creación trajo sus consecuencias, ambos Cabildos se disputaban el derecho de nombrar los Alcaldes. Conflicto que se prolongó en el tiempo. Hacia fines de 1798 se encamina todo para devolverle al Cabildo de la Villa de Luján la potestad para designar los Alcaldes. La jurisdicción de este Cabildo era muy amplia y abarcaba desde el Río de las Conchas, hoy Río Reconquista, hasta el Río de Areco y desde el Río de la Plata, por el norte, hasta la frontera con el indio. Estaba dividida en dos alcaldías, a un lado y al otro del Río Luján. El José C. Paz de hoy, estaba dentro de esta jurisdicción. La vigilancia de estos territorios estaba confiada a los "Alcaldes de Hermandad", cumpliendo esta función, entre otros: Ventura López Camelo, Felipe Santos Velazco, Bernardo Miranda, Felipe Antonio Martínez, Pedro Joseph de Ponze, Joseph Gregorio de Pinazo, Juan López Camelo, Francisco Viñales, Francisco Torales, Tomás Basabe, Agustín Rodríguez, Silvestre Burgos, José Olivera, Martín Arnaez, Manuel Antonio González, Toribio Rodríguez, Joaquín de la Madrid, Lorenzo López Camelo, Manuel Montauta, Pedro Antonio Torres, Santiago Parra. En 1821, los "Alcaldes de Hermandad" fueron sustituidos por el "Juez de Paz". (Extracción de textos).
Francisco Viñales, Alcalde de la Hermandad del Siglo XVIII y su esposa, Úrsula Navarro tuvieron dos hijos, Parda Petrona y Martín.
Según el libro “Amalia” de José Mármol, Martín Viñales, nuestro chozno, fue también como su padre, Alcalde de la Hermandad de Lobos. En el año 1812 se casó con Antonia Villamayor, hija de Casilda Lemus y Pedro Villamayor, y no tuvieron hijos del matrimonio. Sin embargo Martín tuvo tres hijos ilegítimos, Francisca, Juan y Pedro Celestino.
Martín Viñales era propietario de un campo de 94.740.000 varas cuadradas, que son aproximadamente 7.105 hectáreas. Por testamento deja 1/3 de sus bienes a sus hijos naturales Pedro Celestino y Juan, y 1/5 a su hija Francisca, el resto a su esposa Antonia, excepto algunas indicaciones para otros parientes.
Sin embargo Francisca murió a los 13 o 14 años de edad, viviendo aún su padre; el segundo hijo, Juan, se fue a vivir a Chile y se casó con Juana Córdoba, con quien tuvo una hija, Juana Máxima Viñales. En 1857 y ya fallecido Juan, su esposa se casó con Gorosito. La hija, Juana Máxima, se casó con Martín Mansilla y vendió su parte de campo heredada a los Gorchs.
El tercer hijo, Pedro Celestino, nuestro tatarabuelo, el 25 de Mayo de 1833 se casó en la Parroquia de Lobos con Melitona Senas, hija de Jesocos Senas y Juana Gregoria Villamayor, siendo esta última, hermana de Antonia Villamayor, la esposa de Martín Viñales. El casamiento se encuentra registrado en el Libro N° 2 de Casamientos, Folio 72, y dice “Con dispensa en el impedimento de cosanguinidad”. Toda una contradicción ya que en la documentación sucesoria dejan constancia de que no hubo hijos en el matrimonio y de la ilegitimidad de sus tres hijos, de ser esto correcto no habría consanguinidad. Pero será uno de los tantos enigmas que jamás develaremos.
Pedro Celestino y Melitona Senas, tuvieron cuatro hijos, en 1834 nació Enriqueta del Corazón de Jesús, en 1836 Martín, en 1838 Juana Paula y en 1840 Pedro Servando, nuestro bisabuelo.
En ese mismo año en que nace Pedro Servando, su abuelo Martín Viñales, es asesinado por gente de Juan Manuel de Rosas.
Textual del libro “Amalia” :

...... -Tened la bondad de leer esta lista -dijo Daniel entregando un papel al señor Varela.
Este leyó:
"Nombre de los individuos que han sido presos en la semana anterior...
"P. Bernal, M. Sarratea, L. Martínez, S. Molina, S. Maza, Galazada, C. Codorac, Cornet, doctor Tagle, F. Elías, S. M. Achábal, F. Pico, R. Lista, S. Raya, M. Pineda, D. Pita, S. Alvarez, Viedma, S. Borches, S. M. Pizarro, C. Grimaco, S. Hesse (inglés), Chapeaurouge (hamburgués). Dos sobrinos del difunto Villafañe. A un fraile domínico se le llevó amarrado a la cárcel por haber dicho que el guardián de su convento era tan tirano como Rosas."
-¿Se dice algo sobre el motivo de esas prisiones? -preguntó el señor Agüero, luego que el señor Varela hubo acabado de leer la lista.
-Se habla algo de agio -respondió Daniel-; pero el señor Viñales no era agiotista -continuó.
-¿Viñales?
-Sí, señor Varela: el anciano don Martín Viñales, antiguo alcalde de la hermandad en Lobos, ha sido fusilado en Buenos Aires el día 15 del corriente, sin decirse por qué; pero las causas de las prisiones y de ese nuevo crimen las tenéis establecidas en toda mi correspondencia desde el mes de mayo, porque desde esa fecha, señores, no lo dudéis, ha comenzado para nuestro país la época que alguna vez se llamará del Terror; sigue su curso a medida que los acontecimientos políticos siguen el suyo, y dará sus últimos y terribles resultados cuando los sucesos se lo aconsejen a Rosas...


Inmediatamente después del asesinato de su padre, Pedro Celestino emigra del país dejando aquí a su esposa y a sus pequeños hijos.
Blas Agüero y Cecilio Zapiola son nombrados albaceas de los bienes, y tutores y curadores de los menores.
Por Decreto del Gobierno de Rosas, el 16 de septiembre de 1840 embargan la estancia de Martín Viñales, ante lo cual debieron entregar el establecimiento de conformidad con los Superiores Decretos.
El tiempo transcurre y Antonia Villamayor, viuda de Martín Viñales y casada luego en segundas nupcias con Carlos Hoad, deja testamento a favor de sus cuatro sobrinos, los cuales son a su vez nietos de su difunto marido; Enriqueta, Juana Paula, Martín y Pedro Servando, nombrando albaceas a Blas Agüero y Cecilio Zapiola, tutores y curadores de los menores.
En 1853 Melitona Senas de Viñales presenta un escrito de puño y letra, mediante el cual solicita información sobre el estado de la sucesión de los bienes de Antonia Villamayor, en la cual su esposo y ella tenían parte. Pide también ser representante legítima de sus hijos menores, herederos universales en ausencia de su esposo.
Pasa el tiempo y nada se sabe de Pedro Celestino, su esposa, Melitona continúa presentado escritos sin ningún resultado, algunas frases de los cuales se transcriben textuales a continuación:

Escrito del 23-3-1853
En el cual piden se le entregue una casa a Miletona para que pueda vivir con sus hijos, y otra para que la alquile y pague así su alimentación.
Escrito de 1854
Blas Agüero, albaceas de la testamentaria, es tutor de los hijos menores de Melitona, porque se temía que Rosas mandaría a embargar esos bienes porque “había perseguido a muerte a mi marido que se halla emigrado, y para hacerle creer así, al juez, que él había muerto o que jamás tendría parte alguna en la administración de los bienes de sus hijos”.
Agüero dice que “todos lo bienes de mi esposo habían sido embargados y también los bienes mismos de mi tía que les iba a dejar en testamento, así se hizo creyéndolo testadora de sus bienes embargados, también serían desembargados para entregarse al supuesto tutor de mis hijos”.
“Agüero ha engañado a Rosas y quiere engañar a los jueces creyéndose tutor de unos menores que tienen padres vivos.”
“Segundo Albacia trabaja en la estancia como si fuera suya, a puesto su propio negocio, acaso unido a Agüero”.
Agüero es citado a juicio en reiteradas oportunidades, pero este no asiste a ninguna citación que le llega, siempre con distintos pretextos.
Escrito del 1-7-1854
“Pedro Celestino Viñales, quien se encuentra accidentalmente en Valparaíso, deja un poder general para vender y hacer efectivo los créditos que le correspondan de la sucesión de sus padres, a Mariano Sasvatea, comerciante. Lo sustituyen después Juan Francisco Gutiérrez y Federico Toledo.”
Según escrito de noviembre de 1854
Miletona pide poner en posesión de los bienes al procurador Gutiérrez, apoderado de su marido, en reemplazo de Agüero. Pide además una pensión alimentaria de $ 1.000 para ella y sus hijos.
El 4-7-1856 Melitona presenta su último escrito reiterando sus reclamos que nunca fueron escuchados.
Según un escrito presentado el 20-1-1857, se presenta en la testamentaria de su hermana Antonia Villamayor, Juana Gregoria Villamayor, madre de Melitona, ya finada, dado que su hija no se pudo presentar en el juicio por alimentos por la grave enfermedad que la obligó a salir inmediatamente al campo de Santos Lugares, donde hace un mes y medio que falleció en la mayor indigencia, dejando sus cuatro hijos menores, al cuidado de un pariente que los ha recogido en su casa de campo. “La afligente situación en que se encuentran mis nietos hace imperiosa la necesidad que tienen de la pensión solicitada para alimentos”.
Melitona Senas murió a los 40 años, el 8 de diciembre de 1856 y está enterrada en el cementerio del Norte.
Mientras tanto los hijos de Melitona, ya fallecida, y de Pedro Celestino, a quien nunca se volvió ver, crecieron y formaron sus propias familias...
Enriqueta se casó con Eloy Ruiz y tuvo, al menos que sepamos, un hijo, Enrique Ruiz Viñales.
Juana Paula se casó el 15 de septiembre de 1857 con Casimiro Villamayor, en la Parroquia Nuestra Señora de Monserrat. Con la conformidad de los herederos, 1860 Casimiro Villamayor fue nombrado albaceas de la testamentaria y Cecilio Zapiola renuncia al cargo.
En 1863, Gutiérrez, quien llegara de Valparaíso como supuesto apoderado de Pedro Celestino, presenta un escrito que dice...
"Tenemos presente la desgraciada situación política en el que el país se encontraba en aquella época. Los bienes de Antonia Villamayor estaban embargados. Mi representado, Pedro Viñales se hallaba proscripto y clasificado de unitario, no pudiendo por esa circunstancia ser instituido públicamente de heredero, pues no solo era peligroso el hacerlo, sino que no se permitía entonces. En tal situación no había otra cosa que hacer sino lo que se hizo por la señora, dejarle el legado en un documento auténtico, haciendo mención de él en su testamento para darle toda la fuerza y valor".
Según este escrito, se presenta un documento firmado por Antonia, ya muerta hace muchos años donde deja único heredero a Pedro Celestino, pero no lo presentaron antes porque era peligroso. Casimiro Villamayor dice que es un absurdo y considera falso el documento. Además cuestiona el relato de los hechos. Dice que si ellos que son contemporáneos distorsionan la historia, que se puede esperar que interpreten los que lean esto con el paso de los años. En otros escritos Gutiérrez quiere demostrar que Juana Máxima, hija de Juan Viñales, no tenía derecho a heredar porque duda de esa paternidad. Sin embargo eso nunca pudo demostrarlo ya que posteriormente veremos que ella hereda y vende su parte a un tal Gorchs.
Según un escrito de 1870
"En 1840 Pedro V. emigró del país, dejando a sus 4 hijos menores, y desde esa fecha hasta hoy no se ha recibido de él ninguna carta, ni tenido noticia alguna a pesar de las diligencias que se han practicado para averiguarlo."
Textual de un escrito de 1871
"La familia de don Pedro Viñales lo cree víctima de alguna acción de guerra o de uno de los tantos accidentes que es consiguiente a los que fugaban del país para buscar su salvación en otras tierras."

Juana Paula y Casimiro Villamayor tuvieron ocho hijos varones: Casimiro nacido 25 de diciembre de 1857; Julián Rodolfo el 28 de enero de 1859; Alfredo Antonio el 23 de agosto de 1861; José S. Maximiliano el 25 de Julio de 1863; Virgilio el 4 de noviembre de 1866; Enrique el 3 de agosto de 1870; Julio Julián el 28 de enero de 1872 y Jorge el 23 de abril de 1874.
Juana Paula falleció el 5 de junio de 1880 de “vicio orgánico del corazón” a los 39 años y su esposo, Casimiro Villamayor a los 58 años, el 28 de marzo de 1894 de “tétano traumático”. En 1901 se mensura el campo de Juana Paula de 2615 hectáreas, y se divide en 8 campos para sus herederos, estos campos eran linderos al oeste con los campos de sus hermanos Pedro Servando y Martín.
El libro “Juan Moreira” de Eduardo Gutiérrez, dice del esposo de Juana Paula... “En Lobos estaba, además del Juez de Paz, el señor Casimiro Villamayor, persona enérgica y rígida en el cumplimiento de sus deberes...”

Martín Viñales, el tercer hijo de Pedro Celestino y Melitona, murió el 9 de enero de 1868 a los 32 años. Enriqueta Viñales y su marido, le venden sus campos y el derecho de la sucesión de su hermano Martín, a su hermana Juana Paula. A partir de este momento se presentan una cantidad importante de escritos por el reclamo del pago. En ningún lado se encontró dato alguno de si el pago fue realizado. En otra parte, de los escritos de las sucesiones actualmente archivadas en los Tribunales de La Plata, dice que quedó en poder de Enriqueta una casa en la esquina de Potosí y Santiago del Estero N° 69 de Lobos, comprada en 1827 por Martín Viñales, el padre de Pedro Celestino. También se hace mención a otra casa en la calle Lima N° 213.
Y por último llegamos a Pedro Servando, nuestro bisabuelo, el último de los hijos de Pedro Celestino y Melitona, hermano de Enriqueta, Juana Paula y Martín, nieto de Martín y bisnieto de Francisco.
Pedro Servando Viñales, nacido en 1840, tiene cuatro hijos ilegítimos con Isidora Montoya, hija de Flora Giles y Marcos Montoya. El primero es Ceferino Montoya, nacido el 28 de agosto de 1893 en el Cuartel 1° de Lobos y el segundo es Martín Gabino Montoya, quien nació el 25 de febrero de 1895 en el mismo lugar; ambos fueron reconocidos por su padre como hijos naturales, el 10 de noviembre de 1895 (según escrito de fecha 24-10-1903).
Los dos hijos siguientes, Roberto Bernabé y Angélica, nuestra abuela, que nació el 14 de marzo de 1903, en el Cuartel 1° de Lobos, no fueron reconocidos legalmente por Pedro.
Pedro se casó en artículo de muerte con Eulogia Ferreira, la que falleció a los pocos días sin dejar sucesión.
Pedro Servando Viñales murió de hemorragia cerebral, el 19 de octubre de 1903, en el Cuartel 5° de Lobos, a los 63 años, dejando como bienes un campo del cuartel 5° de 200 cuadras mas o menos. 2 casas en el pueblo, una ocupada por Montoya y sus hijos y la otra arrendada. 6.000 animales lanares, 100 vacunos y 100 yeguarizos. $ 9.000 en efectivo en poder de su sobrino Enrique, el cual pide ser tutor de los hijos de Pedro, y que se reconozcan como legítimos a los dos hijos menores y solicita también administrar el campo en forma urgente, ya que requiere de una pronta atención.
La madre de los menores, Isidora Montoya, goza de poder restringido, el cual no alcanza a conferirle el usufructo ni la administración de los bienes heredados, por lo que el 16 de abril de 1904 el juez le confiere al Dr. José Manuel Ahumada la tutoría de los menores Roberto y Angélica, en el juicio de sucesión y filiación natural de los mismo. Sin embargo y a pesar de ser reconocidos como hijos de Pedro Servando Viñales, según nota marginal del acta de nacimiento, y suponemos que por un error administrativo se omite poner en el acta el nombre del padre, por lo tanto Angélica continuaba llamándose, según la partida de nacimiento, solo “Angélica”, sin siquiera aclarar el nombre de la madre.
Isidora murió cuatro años después, en 1907, dejando huérfanos a sus cuatro hijos. Angélica es enviada como pupila al colegio de monjas Nuestra Sagrada Familia de La Plata.
El 18 de agosto de 1944 se hace una segunda nota marginal donde dejan constancia que la madre de Angélica es Isidora Montoya y el padre es Pedro Servando Viñales.
Hasta aquí llegamos con la historia que pudimos encontrar escrita, el resto quedará en el poder de imaginación de cada uno, y sobre el futuro a partir de la muerte de Pedro y el nacimiento de Angélica en 1903, lo único concreto que sabemos de ahí en más es que cada uno recibió mucho dinero y tierras como herencia, que gozaban de una muy buena posición económica y que los cuatro hermanos vivieron en la Ciudad de la Plata.
El único de los hermanos de Angélica que se casó y tuvo descendencia fue Martín Viñales, se casó con Victorina Lastre y tuvieron cuatro hijos: Ramón, Elisa, María Angélica y Martín. Elisa Viñales se casó con Dino Dugini y tuvieron tres hijos, Silvio, Dino y Elisa Dugini. Dino Dugini a su vez tuvo tres hijos, María Florencia, Dino y Daniela. María Florencia Dugini se caso con Alejandro Mazzaroni y en febrero de 2005 nació Bruno Gabriel Mazzaroni.
El resto todo es incierto, será cuestión de unir un poco lo que sabemos, otro poco de lo que suponemos y mucho de imaginación, pero jamás sabremos con certeza que fue del destino de Pedro Celestino, si fue asesinado, o si formó otra familia y se olvidó de la que había dejado, o si contrajo una enfermedad que lo condujo a la muerte? Por qué Pedro Servando no se casó con Isidora, la madre de sus cuatro hijos, y en cambio se casó con otra en artículo de muerte? Por qué no le dio su apellido a sus dos hijos menores antes de morir? Por qué Angélica contó una historia distinta? Cuánto sabía ella de esta historia? Seguramente nunca encontraremos la respuesta a estas preguntas y a tantas más, los Viñales seguirán manteniendo parte de ese misterio que siempre tuvieron para nosotros.....