j) 2005 - 2006

Llego el nuevo milenio, ya pasó el por muchos temido año 2000, donde las profecías anunciaban todo tipo de desastres y como desenlace el fin del mundo. Pero hasta hoy, 23 de junio del año 2006 el mundo sigue en pie, con las guerras y los horrores de siempre provocados principalmente por la ambición desmedida de poder y dominio de Estados Unidos y las guerras del Medio Oriente que parecen no tener fin. Si, realmente hubo muchos más desastres naturales que en otras épocas, maremotos, terremotos, gente muerta por intensos fríos, gente muerta por temperaturas demasiado elevadas, el clima fue cambiando paulatinamente en las últimas décadas; lluvias intensas que provocan tremendas inundaciones, sequías interminables donde mueren las cosechas y el ganado; ríos enteros contaminados, escasez de agua en muchos países, sobre todo en Europa, pero también todo esto, en definitiva, es provocado por la mano del hombre. La falta de respeto a la naturaleza, la ambición de dinero, la falta de conciencia y el desprecio por la vida de los otros, nos están llevando poco a poco a la agonía de nuestro planeta. Pero aún, y esperemos que por muchos siglos más, no llega el fin del mundo...
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Argentina, país grande en extensión y riquezas naturales, sueño de tantos inmigrantes que llegaron a fines del siglo XIX y primeras décadas del siglo XX. Crisol de razas en toda su extensión, que abrigó el dolor y llenó de ilusión a todos aquellos que huían de la miseria de sus países y de la desolación que dejaban las guerras. Llegaron de todas las nacionalidades, razas y religiones, pero en su gran mayoría fueron españoles e italianos. Pero con el correr de las décadas, la corrupción de los políticos argentinos en general y la falta de patriotismo y de rebelión por nuestra parte, sus habitantes, transformaron a esta tierra en un lugar de desempleo y miseria, dejando a nuestros jóvenes sin presente ni futuro. En los últimos años, se podían ver cuadras de gente haciendo fila en las puertas de las embajadas y consulados españoles e italianos, para recuperar la ciudadanía de los abuelos o bisabuelos, y emigrar como ellos lo hicieron, o sería más correcto decir, volver al lugar de origen, porque hoy esos países que estaban tan pobres volvieron a ser ricos y este que fue tan rico hoy se encuentra tristemente entre aquellos de mayor desocupación, subocupación, mortandad infantil por desnutrición, inseguridad, y demás degradaciones provocadas por la pobreza. La clase media esta en peligro de extinción, los que en algún momento estuvimos en esa condición social, vamos cayendo día a día aunque tengamos trabajo, porque nuestros salarios nunca se incrementan en la misma proporción en que lo hacen el resto de las cosas, por lo tanto el poder adquisitivo es cada vez menor.
Pero la pérdida más grande y más dolorosa es ver que los adolescentes y jóvenes de esta generación, no tienen sueños ni ideales por los que luchar. Cuando piensan en su futuro, en una carrera a seguir, deben dar prioridad a las posibilidades que tendrán de poder trabajar en la profesión elegida y deben dejar lado muchas veces la vocación, para priorizar la conveniencia. Pero así y todo, cuando se reciben, y con el título bajo el brazo, pasan a formar parte de esa larga lista de desempleados.
Y los ideales.... los ideales murieron con los jóvenes torturados y asesinados por los militares en la década del 70. Más de 30.000 fueron los muertos, hombres, mujeres, niños, adolescentes, no importaba la edad, eran peligrosos porque luchaban por lo que creían justo. Equivocados o no en sus ideas, equivocados o no en su forma de lucha, tuvieron un ideal y dieron su vida por ello. Hoy son una raza extinguida en nuestro país, son una leyenda y una herida siempre abierta.
Pero a pesar de todo lo antes dicho, el nuestro sigue siendo un hermoso país, tan fértil, grande y bonito que duele verlo en esta situación y quiero creer que entre todos, vamos a poder algún día devolverle todo su esplendor.

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Cuando en el año 2000 escribí la primera parte de este diario familiar, dije que Juan Ignacio era el solcito de mi vida, y lo sigue siendo, pero algo a cambiado, hoy mi vida tiene tres soles, iguales de hermosos, cálidos y brillantes, que con sus miradas, travesuras y sonrisas hacen dulce y feliz mi vida.
María Laura y Gerónimo tuvieron su segundo hijo, Bruno Poggi, que nació a las 20:15 hs del 29 de octubre del año 2004, con 3,620 kg., en el Sanatorio Ipensa de esta Ciudad de La Plata. Bruno es un bebé gordo, rubio y cachetón, que al igual que su hermano nos llenó de felicidad. Es tan activo como lo fue Juani, pero mucho más travieso. A los siete meses y medio caminó solo y a partir de ese momento y hasta el día de hoy (1 año y 8 meses), corremos permanentemente detrás suyo para intentar frenar cada travesura que intenta ejecutar. Es el campeón de los desastres, nada queda en pie a su paso, más corpulento de lo que siempre fue Juani, más inquieto y vago, pero igual de dulce y hermoso.
El 13 de marzo del 2006 y tras años de una búsqueda infructuosa de trabajo, María Laura empezó a trabajar en O.S.Do.P. (Obra Social de Docentes Privados), el mismo lugar donde trabajo yo desde hace diez años, pero en otro edificio. María Laura debió abandonar el atletismo por sus obligaciones como madre y las dificultades económicas que complican toda actividad que se intenta realizar, pero mantiene la esperanza y las ganas de retomarlo en algún momento.
Mientras la madre trabaja, Bruno va a la guardería Mil Colores con su pintor de uniforme color rojo con el cuello y un gran bolsillo delantero verde. A pesar de lo apegado que es a María Laura, disfruta mucho del lugar y juega con otros nenes de su edad.
Juan Ignacio hoy tiene siete años y desde el jardín de infantes es alumno del Normal N°1 Mary O´Graham, el mismo colegio al que fui yo, Adriana, Juan José y todavía Ezequiel, también fue el colegio de Delia y Elsa Giovanola. Esta cursando el 2° grado y es un alumno excelente que nos muestra orgulloso sus constantes MS (muy satisfactorio) en su boletín trimestral. En estos pocos años comenzó y abandonó varios deportes, sin definirse todavía por ninguno. Juani adora a su hermano, pero también y como es lógico le tiene muchos celos, Bruno llegó cuando él tenía 6 años a robarle la exclusividad, ahora tiene que compartir a los padres, abuelos y tíos, también el dormitorio y los juguetes, pero es algo normal que tratamos entre todos de que lo sufra lo menos posible, dedicándole más atención, mimos y tiempo.
María Agustina se dedicó en los últimos años a trabajar (ad honorem) como entrenadora de atletismo, siendo Entrenadora Nivel I de la IAAF (International Asociation of Athletics Federations) ha demostrando tener el mismo talento que tuvo o tiene como atleta. Logró con sus atletas títulos provinciales y nacionales, pero a pesar de todas las satisfacciones que le dio esta tarea, no podía vivir eternamente trabajando sin cobrar un sueldo, así que comenzó a buscar trabajo y encontró un aviso clasificado en el cual la Empresa Servipool solicitaba socorristas (guardavidas) para piscinas en Madrid, España, por un período de tres meses. Al principio tuvo muchas dudas e indecisión, pero yo la alenté a aceptarlo ya que me parecía una hermosa aventura de tres meses, en la cual podía adquirir experiencia, conocer gente y disfrutar de España, algo que es mucho más fácil de hacer a su edad (en ese momento 24 años) y no teniendo compromisos que la ataran en la Argentina. Los requisitos solicitados para el trabajo, además de tener que pasar entrevistas, test psicológicos y exámenes de natación, era tener ciudadanía europea, así que por primera vez y al margen de la satisfacción personal de ser italiana, todas las peripecias, vueltas y corridas de tres años de trámites, se justificaron en algo concreto y útil, Gusty contaba con todo lo necesario para aceptar el trabajo.
En el tiempo previo a la fecha de viaje nos pasábamos horas mirando en Internet las ofertas de trabajo en España, el costo de vida, y le mandábamos e-mail a mi primo Marcelo Badell y su esposa Gloria que viven en Tárrega, Provincia de Lérida, perteneciente a la región de Cataluña, para pedirles consejo y opinión. La idea que ella tenía era la de ir esos tres meses y ver las posibilidades de trabajo como para quedarse un tiempo más y juntar algo de dinero antes de volver.
Eran muchos los jóvenes argentinos contratados por la empresa, varios de La Plata, el resto de Mar del Plata, Rosario y Capital. Dentro del grupo de La Plata también viajó Gustavo, un amigo de Gerónimo, que ya tenía el pasaje comprado para el 1º de junio, pero se iba sin trabajo a probar suerte, así que le mandamos a decir sobre esta posibilidad y pasó a formar parte del grupo.
Cuantas veces en esos días me arrepentí de haberla apoyado en esa decisión, me alegraba que pudiera tener esa experiencia, pero en otros momentos me daba mucho miedo que se fuera tan sola y tan lejos, y la extrañaba solo de pensar que no la iba a tener conmigo. Pasaron los días y con mucho sacrificio, dinero prestado y vendiendo todo lo que se podía vender, pudo comprar el pasaje y viajar el 31 de mayo del 2005. La empresa la ubicó en Morata de Tajuña, un pueblo cercano a Madrid, donde compartió un departamento con otras cinco personas y trabajaba en un pueblo vecino. A pesar de todo lo previsto y de todas las expectativa generadas en ese tiempo previo, su experiencia con los compañeros de departamento y con la empresa fue muy mala, pasó por momentos de mucha tristeza, de sentirse muy sola y sin dinero, porque la empresa tardo mucho tiempo en pagarle el sueldo, pero en ningún momento nos contó nada, siempre decía que estaba todo bien, o contaba solo algo de todo los malos momentos que estaba pasando.
Marcelo y Gloria fueron a visitarla un fin de semana, pero a ellos tampoco les contó nada. Un fin de semana que tenía libre, Gusty viajó a Tárrega a pasarlo con sus tíos y primos. Salieron juntos a pasear, la llevaron a conocer el lugar y también la acompañaron a anotarse para distintos trabajos, pero en ningún momento les contó lo mal que la estaba pasando.
Con Gustavo, el amigo de Gerónimo, se pusieron en contacto por teléfono, dado que él trabajaba en otro pueblo. Un día que ninguno de los dos trabajaba y ella fue a Madrid a hacer trámites, se encontraron para pasar la tarde juntos, fueron al cine, pasearon y al poco tiempo comenzó entre ellos una relación de pareja.
Gustavo Gabriel Bastida, nació en La Plata el 11 de mayo de 1973, es hijo de Alberto, un vasco que vino a la Argentina a los 14 años y de Antonia Nini, hija de italianos.
En el mes de agosto dejaron de trabajar en la empresa y se fueron a vivir a Torrevieja, un hermosa ciudad turística en la Provincia de Alicante, en la región Valenciana, donde reside desde hace unos cinco años un primo hermano de Gustavo.
Dos días después de haber llegado ya se habían alquilado un departamento muy bonito a una cuadra del mar Mediterráneo y María Agustina ya tenía trabajo en un locutorio. Poco después también Gustavo consiguió trabajo en la agencia de autos Seat, en principio para lavar coches y posteriormente trabajando y aprendiendo el oficio en el taller.
“Torrevieja es una comarca de la Vega Baja alicantina. Situada en el litoral, su ubicación es privilegiada porque tan sólo 49 kilómetros la separan de Alicante, la capital de la provincia.”
“En 1829 un terrible terremoto destruyó el casco urbano de Torrevieja, por lo que son escasos los restos que podemos encontrar de su pasado histórico. Si algo hay que destacar del pasado de Torrevieja es la relevancia de sus salinas a lo largo del tiempo.”
“El actual municipio creció junto a una torre, la vieja, que le dio el nombre y con unas características naturales que han marcado su historia y su vida cotidiana. Goza de unas espléndidas playas, con las que desarrolla su capacidad turística en combinación con su tradición marinera y salinera.”
“Según los datos oficiales tiene una población de unos 84.348 habitantes y una superficie 72'4 km2., es la tercera ciudad en población de la provincia de Alicante, por detrás de Alicante y Elche. Sin embargo los datos del ayuntamiento al 22 de diciembre de 2004 la población era de 95.530 habitantes, de los cuales son españoles un 47,8% y extranjeros un 52,2%. Entre los extranjeros, los más numerosos son los británicos, que representan un 13,3% de la población total de la ciudad, seguidos de alemanes (5,15%), suecos (3,14%), rusos (2,73%), colombianos (2,58%), ucranianos (2,24%), marroquíes (2,17%) y noruegos (2,17%).”
“El clima del que goza esta ciudad costera es el típico mediterráneo, con inviernos suaves y veranos calurosos. Sus temperaturas medias oscilan entre los 12° y los 25°C. Cuenta con 20 km de costa, destacando las playas de La Mata, Los Locos, El Cura, El Acequión o Los Náufragos. Es muy popular entre turistas británicos y alemanes.”
La nueva vida de María Agustina y Gustavo se fue desarrollando y organizando con una rapidez increíble. Al poco tiempo de radicarse en Torrevieja se enteraron con mucha alegría que estaba embarazada, se compraron un auto y en el mes de marzo se mudaron a su propia casa, que compraron mediante un préstamo bancario.
El 19 de abril del 2006 viaje a España junto a los padres de Gustavo para estar presentes en el nacimiento de nuestro nieto. Era mi primer viaje en avión y fue una experiencia increíble poder contemplar la grandiosidad de la creación desde el aire, era como ver una maqueta perfecta y hermosa de una pequeña parte del planeta. Contemplar llanuras, selvas, ríos, ciudades, islas y océanos desde 10.000 mts. de altura es algo grandioso imposible de describir en palabras, pero que emociona y asombra, conmueve y hace reflexionar sobre el milagro de la creación.
El 20 de abril, después de 12 horas de vuelo, llegamos al aeropuerto de Barajas y desde allí viajamos en ómnibus a Torrevieja durante 7 horas más. Al llegar a la terminal Gusty nos estaba esperando, hermosa, con su panza de más de 8 meses de embarazo y una sonrisa de felicidad en los labios. Contar mi alegría y mi emoción de poder abrazarla y besarla después de un año sin verla, poder tocarle la panza y sentir como se movía mi nuevo nieto, es imposible, solo una madre lo puede entender.
Cuantas veces en este año recordé a mis bisabuelos y a mi abuelo, que hace un siglo dejaron su tierra y su familia para siempre, sin tener la posibilidad que existe hoy de comunicarse por teléfono o por email, de ver a los seres queridos a través de una cámara web, o de viajar en un avión y estar en pocas horas en el otro continente. Pobres mis viejos que dejaron su patria, mis pobres viejos que jamás volvieron a abrazar a sus padres y hermanos, que nunca más pudieron sentir el olor de su tierra, el color de sus campos, el sonido de su mar; mis queridos viejos que dejaron su amada Italia corriendo detrás de un sueño de prosperidad y bienestar.
Queridos viejos, cuantas veces les hablo con la ilusión de que desde algún lugar del espacio me estén escuchando, y les cuento mis penas y alegrías, les cuento de mis hijas y de mis nietos. Hace un año les conté que la menor de mis hijas, vuestra bisnieta, vuestra tataranieta, recorrió el camino de regreso al viejo continente, a un país vecino, a España. Un día de otoño mi hija partió de Argentina llevando una valija con sueños y proyectos, miedos e incertidumbres y en su corazón el amor de toda su familia. Igual que ustedes se fue a la aventura, dejando atrás a su familia, amigos y patria, y también igual que ustedes encontró una vida mejor y formó su propia familia, desde entonces y hasta ahora mi pedido es siempre el mismo “cuídenme a mi hija, está muy lejos, cuídenla por mí”,
En el Hospital de la Vega Baja de la Comunidad Valenciana, en la ciudad de Orihuela, a 30 km. de Torrevieja, el 4 de mayo del 2006, a las 23:29 hs., con 3,215 kg., nació Lautaro Bastida, mi tercer nieto, mi tercer solcito. Lautaro es un hermoso bebé de ojos color azul petróleo, nariz chiquita y respingada y cachetitos rellenos.
Durante todo el mes de mayo permanecí en España, visité a Marcelo y a Gloria, conocí hermosos lugares y disfruté de mi hija y de mi nieto todo lo que pude.
Volví a Argentina el 31 de mayo y a mi regreso me encontré con mi tío internado. Luis había sido operado de una obstrucción intestinal, producto de adherencias provocadas por un operación efectuada 40 años atrás. Con Adriana lo visitamos en el hospital de Berisso y lo encontramos bastante bien, animado, pero 5 días después, el 9 junio, se descompensó y falleció. Fue una pérdida muy dolorosa para mí, para todos nosotros, no fue solo nuestro tío y padrino, fue casi como un padre para nosotras.
A poco más de un mes de mi regreso a la Argentina, el 7 de julio y sin previo aviso, tocaron el timbre de mi puerta, y como una hermosa aparición en ella estaba María Agustina con Lautaro. Que hermosa sorpresa inesperada, vinieron a visitarnos por 20 días, vino a ver a sus sobrinos, a su hermana, tíos, primos y amigos, y también a que toda la familia conozca a su hermoso bebé.

Los días pasaron muy rápido, María Agustina y Lautaro volvieron a España y en la casa quedó un gran vacío y un profundo silencio, y en mi corazón un tremendo dolor, que solo encuentra consuelo planificando el nuevo encuentro…